Si los jóvenes son testigos de bullying, la respuesta más apropiada dependerá de la situación – pueden expresarlo, hacer algo y/o alejarse para pedir ayuda. Supongamos que la persona que está intimidando a otro, está excluyendo a otro niño o insultándolo. Haz que los niños practiquen expresarlo, manteniendo su amabilidad y seguridad, diciendo: “¡Basta! Eso que dices es algo hiriente.” “¡Un momento! La regla aquí es que todos jugamos!” “¡Hola! ¿Qué está ocurriendo?” “¡Jei! Eso no es gracioso!” Muéstrales cómo persistir respetuosamente si alguien reacciona negativamente.
Si los niños no se sienten seguros o capaces de expresarlo, su mejor opción en general es alejarse y buscar ayuda. Supongamos que alguien está amenazando o agrediendo físicamente empujando, pateando, tironeando o haciendo tropezar a otro. Haz que los niños practiquen cómo alejarse directamente e interrumpir a un adulto ocupado para que los ayude. Alienta a los niños a acercarse a alguien que ha sido intimidado para ofrecerle apoyo, invitándolo a participar en una actividad o a sentarse juntos.
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